viernes, 15 de marzo de 2013

"Los hombre de antes eran  grandes y hermosos (ahora son niños y enanos), pero ésta es sólo una de las muchas pruebas del estado lamentable en que se encuentra este mundo caduco. La juventud ya no quiere aprender nada, la ciencia está en decadencia, el mundo marcha patas arriba, los ciegos guían a otros ciegos y los despeñan en los abismos  los pájaros se arrojan antes de haber echado a volar, el asno toca la lira, los bueyes bailan, María ya no ama la vida contemplativa y Marta ya no ama la vida activa, Lea es estéril  Raquel esté llena de lascivia, Catón frecuencia los lupanares, Lucrecio se convierte en mujer. Todo está descarriado. Demos gracias a Dios de que aquella época mi maestro supiera infundirme el deseo de aprender y el sentido de la recta vía, que no se pierde por tortuoso que sea el sendero" (Umberto Eco, El nombre de la rosa)

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