
Martin Luther King
En el eterno susurro de tu voz, Mezcla de música y fantasía
No me preguntes por qué
a veces la nombro por casualidad
y es que aún la recuerdo
y es que aún llevo dentro su forma de amar.
Una razón para ti
me pides motivos y una explicación
para no desterrarla ahora y para siempre de mi corazón.
Yo soy así y seguiré
vagando errante por tu piel
Yo no podré dar todo de mí
mientras no olvide a esa mujer
Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
Hemos llegado a un punto de inflexión
en el que esta obsesión está apartándome de ti
Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
y sigo sin saber por qué razón sigue ella en mi interior
en nuestro punto de inflexión
Y sigo esclavo de sus besos
No hay quien controle al amor,
de hecho te quiero como a nadie más,
pero a veces es ella la que me derrumba mi seguridad,
Yo soy así y seguiré
vagando errante por tu piel
Yo no podré dar todo de mí
mientras no olvide a esa mujer
Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
Hemos llegado a un punto de inflexión
en el que esta obsesión está apartándome de ti
Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
y sigo sin saber por qué razón sigue ella en mi interior
en nuestro punto de inflexión
Y sigo esclavo de sus besos
Yo no podré dar todo de mímientras no olvide a esa mujer.
Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
Hemos llegado a un punto de inflexión
en el que esta obsesión está apartándome de ti
Y sigo esclavo de sus besos
y sigo preso de mis miedos
y sigo sin saber por qué razón sigue ella en mi interior
en nuestro punto de inflexión
Y sigo esclavo de sus besos
Durante los últimos seis meses he tenido ocasión de observar un poco el carácter de los habitantes de esta provincia. Los gauchos o campesinos son muy superiores a los que residen en las ciudades. El gaucho se distingue invariablemente por su cortesía obsequiosa y hospitalidad; jamás he tropezado con alguno que no tuviera esas cualidades. Es modesto, así respecto de si propio como por lo que hace a su país, y a la vez animoso, vivaracho y audaz. Por otra parte, es menester decir también que se cometen muchos robos y se derrama mucha sangre humana, debiendo atribuirse como causa principal a la costumbre de usar cuchillo. Da pena ver las muchas vidas que se pierden por causa de escasa monta. (…) La policía y la justicia carecen de eficacia. Si un hombre pobre comete un asesinato y cae en poder de las autoridades, va a la cárcel y tal vez se le fusila; pero si es rico y tiene amigos, puede estar seguro de que no le seguirán graves consecuencias.
(…)Casi todos los funcionarios públicos son venales. El director del Correo vendía francos falsificados. El residente mismo y su primer ministro se confabulaban para estafar al Estado. La justicia cuando entra en juego el dinero, no puedo esperarse de nadie.(…) Con tal absoluta carencia de moralidad en los hombre directores, con una infinidad de empleados turbulentos mal pagados, ¡ todavía espera el pueblo en los buenos resultados de una forma democrática de gobierno!. (…)
(…) Y no cabe duda de que excesivo liberalismo de estos países debe producir al final buenos resultados. La tolerancia, muy generalizada, de las regiones extranjeras; la libertad de la prensa; la facilidad ofrecida a todos los extranjeros; (…)
Tengo una soledad
Tan concurrida
Tan llena de nostalgias
Y de rostros de vos
De adioses hace tiempo
Y besos bienvenido
De primera de cambio
Y de último vagón
Tengo una soledad
Tan concurrida
Que puedo organizarla
Como una procesión
Por colores
Tamaños
Y promesas
Por época
Por tacto y por sabor
Sin un temblor de más
Me abrazo a tus ausencias
Que asisten y me asisten
Con mi rostro de vos
Estoy lleno de sombras
De noches y deseos
De risas y de alguna
Maldición
Mis huéspedes concurren
Concurren como años.
Mario Benedetti
Por Enrique Pinti
Recuerdo aquellas vacaciones de invierno de mi infancia, sesenta años atrás (¡mi Dios, qué cantidad!). En aquellos lejanos tiempos, que ya parecen prehistóricos, las actividades que se podían hacer no incluían viajes a Mar del Plata, Córdoba o algún otro destino turístico, como tampoco existían los viajes de egresados de fin de año y, ademas, nuestros maestros (queridos en la distancia, odiados en su momento) nos llenaba de tareas que incluían la solución de problemas de tres simple o compuesta y operaciones con quebrados, la confección de mapas, una composición tema "Mis vacaciones de invierno" y el repaso de todo lo aprendido en la primera parte del año.
Así las cosas, poco era el tiempo que quedaba libre, y cuando mas remoloneáramos en el cumplimiento de las tareas encomendadas, mayos seria el recargo de tiempo y energía que deberíamos emplear en los últimos días del descanso invernal. Cada uno buscaba canalizar sus actividades favoritas en esas dos semanas de julio; así, los amantes del deporte y el aire libre rogaban por un buen tiempo, muy poco habitual en aquellas épocas en las que el invierno era invierno y no estas seguidillas de "veranito de San Juan" combinados con alertas meteorológicos y tormentas tropicales. Pero a los cinéfilos incurables nos daba igual el sol que la lluvia y casi preferíamos las inclemencias meteorológicas, mas apropiadas para buscar refugio en la sala mas cercana y deleitarnos con tres películas al hilo.
Algunos compañeros tenían parientes en el interior y aprovechaban el receso para visitarlos o recibirlos en Buenos Aires, y en eso radicaba la excitación mayor de las esperadas vacaciones. En realidad sin televisión (por lo menos en nuestro país, donde el aparato de TV llega para instalarse solo a comienzo de los 60), los pasatiempos favoritos eran el fútbol, el cine o el teatro, y los paseos al aire libre o mirar vidrieras. Hoy, con las enormes posibilidades que la tecnología ofrece y con las ventajas de un acceso fácil a todo tipo de entretenimientos, aquellas épocas parecen el colmo de aburrimiento. Sin embargo, no lo eran, y debo decir, haciéndome cargo de mi edad y condición de jovato nostálgico, que la diversión estaba asegurada con la familia reunida alrededor de aparato de radio, de donde salían voces sugerentes que nos hacían transitar por la exótica selva africana con Tarzán, Tarzanito, Juana y la mona Chita, alimentodos a Toddy por los intricados senderos del radio teatro, o por los programas de preguntas y respuestas que ayudaban en algo a disminuir la "burrologia" de la población.
Lo único que aquellas vacaciones tenían en común con las de hoy era que pasaban volando y que en el fatídico domingo que señalaba su fin se hacia duelo riguroso por todo lo que habíamos dejado sin hacer y seguramente haríamos el año próximo.
Cuando veo a mi querida clase media sacando agua de las piedras y estirando los fondos monetarios para poder acceder a algún "plan turístico", no puedo evitar una sonrisa melancólica. Cada época tiene lo suyo, y hay que respetarla; no podemos ofrecerles a los chicos de hoy la pureza de Sandokán y sus piratas de la Malasia cuando ellos tienen a sus fantasmagóricos y computados (con perdón) Piratas del Caribe. Así que padres, respiren hondo, encomiendesen a Dios y a correr de Disney al megaéxito del plasma y del home theatre del living al shopping mas próximo a su domicilio para que los chicos "descansen" hasta el cansancio.
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.